Pues a lo tonto a lo tonto he cumplido mi primer año de vida parisina.
Parece que fue ayer cuando llegué a la tierra de la "Liberté, égalité, fraternité" y empecé mi pequeñas andaduras por estos lares y sin comerlo ni beberlo es mi primer aniversario.
Acabo de llegar de unas largas vacaciones familiares, donde los reencuentros han sido de lo mejor. Después de desquitarme yendo al cine día si día también, visitando la Alhambra con ojos de la que la ve por primera vez, irme de tapas, cervezas, baños árabes, piscinas y playa, lo que mas debo destacar es el tiempo que he pasado con Sita-mamá.
Sita-mamá es una madre en toda regla. Yo podría llegar a casa de mi madre devorando un jabalí a dentelladas y su primera frase seguiría siendo:
"Hija, estás en los huesos ¿tú comes bien?"
He recordado, en mis propias carnes, que es más fácil explicarle a un gitano cómo se fusiona un átomo, que explicarle a mi madre que ya no quiero mas comida.
