12 de diciembre de 2013

Crónica de un desastre anunciado (o no) - Urimenez en Pisa - #LaVueltaAlMundoEnSitaDias


Hace apenas una semana me expuse a una catástrofe, lo hice de forma voluntaria pero, no por ello, exenta de miedo.

Esta época tan entrañable (como la familia Real), donde las calles se iluminan y las familias se reencuentran, tienen un pequeño "pero"... LOS REGALOS

En mi caso esto viene acrecentado porque el Santo cumple años el 20 de Diciembre. 



Es algo maravilloso eso de hacer y recibir regalos, en esto todos estamos de acuerdo, pero no es tan maravilloso el momento; ¿Qué regalo hago?

Este año estoy poco inspirada con el tema compras navideñas, creo que es la primera vez que me pasa, por eso cuando empecé a hacer la lista de posibles regalos, me dije;

¡Qué demonios le regalo!

Ahí fue cuando mi cabeza empezó a maquinar; ¿Por qué no hacer una sorpresa? ¿Por qué no sacar a pasear a la Sita romántica?.

En esto me encontraba yo cuando desarrollé una Sita-Teoría; las mujeres somos muy de pedir actos románticos, al puro estilo de película americana, pero no somo tanto de tener gestos de esta naturaleza.

Como yo soy muy de reinvidicar, desde esta bitácora, donde cuento mi día a día, reivindico el romanticismo sin genero. (¡Olé yo! que digo esta tontería y me quedo tan pancha)
Y fue en ese momento cuando me dije a mi misma y a mi otro yo (que entre las 3 tenemos ideas de lo mejorcito)

VOY A SER ROMÁNTICA


Siguiendo el estereotipo de las películas de Jennifer Aniston, me decanté por una cena, lo clásico es llevar a tu pareja a cenar a París. Esto me era fácil, puesto que me pilla muy a mano, pero también le restaba originalidad. 

Decidí que nos fuésemos a cenar a una bonita ciudad europea, elegí el día, compré los vuelos y reservé hotel y restaurante.

Solo había que esperar a que llegará el Gran día y, sobre todo, cruzar los dedos para que no la hubiese liado parda (cosa que con mis antecedentes es muy probable)

La semana previa a la fecha señalada, me dediqué a poner nervioso al Santo (que pensaba que lo iba a tirar en paracaídas o que lo llevaba a jugar al paintball)



Cuando por fin llegó el momento, hice una maleta a escondidas, le tape los ojos y lo metí en el coche... Al llegar al aeropuerto le dije cual era el plan, le hizo ilusión, pero miento si niego que la sombra de la preocupación pasó por su semblante (y no lo culpo por ello)

Chequeó todo;

  • Vuelos de ida 
  • Hotel 
  • Restaurante 
  • Vuelos de vuelta 

Y, contra todo pronostico, todo salió bien; los vuelos eran para el destino deseado, el hotel estaba en la misma ciudad donde nos encontrábamos y las fechas coincidían!

De repente, noté eso que la gente llama "La satisfacción del trabajo bien hecho"



6 comentarios:

  1. Te estas haciendo mayor...felicidades!!

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    1. Y me pregunto yo; ¿Qué será lo siguiente? ¿Aprender a cocinar?

      Por ahí no paso!

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  2. Lo más maravilloso del viaje es la ida y la vuelta, todo el tiempo que dura. No importa si el plan que teníamos previsto se cumple o no. Porque un viaje en realidad es una huida, un salir de donde estamos, de los que nos rodean, donde por eso vamos hacia lo desconocido. Porque sin esa sensación de aventura, de encontrarse con lo nuevo, lo que no controlamos cotidianamente, ¿qué sentido tendrían los viajes turísticos, por placer?

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